Según el manual Elsevier digital e impreso la anatomía humana en libro, menciona que nuestro cuerpo humano consta de dos tipos de articulaciones, las primeras son las articulaciones sinoviales, que son aquellas en la que los huesos se encuentran separados por una cavidad pequeña, lo que les permite un margen de movilidad. Existen muchos tipos, entre las que se encuentran las articulaciones en bisagra, como la húmero-cubital, mejor conocida como codo o las articulaciones esféricas que permiten el movimiento en múltiples ejes, como por ejemplo la que se encuentra en la cadera.
Las articulaciones sólidas son aquellas en las que no existe un espacio entre los huesos y se mantienen unidos por el tejido conjuntivo, por lo que son prácticamente inmóviles o tienen escasa movilidad. Algunos ejemplos clásicos de este tipo de articulaciones son las sosturas que unen a los huesos de cráneo o la sínfisis en el coxis.